Algunos alimentos ayudan a proteger contra las caries. Por ejemplo, los quesos curados aumentan el flujo de saliva. El queso también contiene calcio, fosfatos y caseína, una proteína láctea que protege contra la desmineralización. Acabar una comida con un trozo de queso ayuda a contrarrestar la acción de los ácidos producidos por los alimentos ricos en carbohidratos consumidos en la misma comida. La leche también contiene calcio, fosfato y caseína, y el azúcar de la leche, la lactosa, es menos cariogénico (causante de caries) que otros azúcares. Sin embargo, se han encontrado caries en niños a los que se les da el pecho y que lo piden con frecuencia.
Los productos buenos para los dientes se producen usando ingredientes para endulzar que no pueden ser fermentados por las bacterias de la boca. En esta categoría entran los edulcorantes intensos, como sacarina, ciclamato, acesulfamo-K y aspartamo, y los sustitutos del azúcar, como isomalt, sorbitol y xylitol. Los chicles sin azúcar usan estos endulzantes. El sabor dulce y la masticación estimulan el flujo de saliva, lo que contribuye a la prevención de la caries. Estos chicles pueden contener minerales como calcio, fosfato y flúor para mejorar el proceso de reparación.
Los cuidados bucodentales son realmente muy costosos y se encuentran fuera del alcance de muchos países en desarrollo en África, por lo que, aunque parece que el problema es menos grave en la mayoría de los países africanos, con el cambio en las condiciones de vida es probable que la caries dental aumente en muchos países en desarrollo de ese continente, sobre todo debido al creciente consumo de azúcares y a una exposición insuficiente al flúor. Se estima que el tratamiento representa entre el 5% y el 10% del gasto sanitario de los países industrializados, y está por encima de los recursos de muchos países en desarrollo, donde el acceso a la atención sanitaria bucodental es limitado y, a menudo, los dientes o no se tratan o simplemente se extraen.