Las enfermedades bucodentales, como la caries dental, la periodontitis (enfermedad gingival) y los cánceres de boca y de faringe, constituyen un problema de salud de alcance mundial que afecta a los países industrializados y, cada vez con mayor frecuencia, a los países en desarrollo, en especial a las comunidades más pobres.
La caries dental es una enfermedad que afecta a entre el 60% y el 90% de los niños en edad escolar y a la gran mayoría de adultos en los países ricos, mientras que en los países en desarrollo la situación es peor porque el coste de los tratamientos está fuera del alcance de las mayorías. La Organización Mundial de la Salud señala, en su informe mundial sobre salud bucodental, que la caries es la enfermedad oral de mayor prevalencia en numerosos países de América Latina y Asia
La caries dental se forma por la desmineralización de la superficie del diente causada por bacterias que se encuentran adheridas a la superficie dental o placa bacteriana. El diente sano muestra una superficie lisa y sin caries. Los primeros signos de desmineralización se expresan en forma de una mancha blanca lisa que no tiene cavidad. Cuando se sobrepasa la capa de esmalte y se llega a la zona de la dentina, que es más blanda, la caries progresa hasta formar una cavidad que puede invadir la zona pulpar, infectando el nervio, con lo que el diente se puede fracturar.
La caries, según este esquema de progreso, es fácilmente curable en el estadio precoz mediante la aplicación de flúor que refuerce la estructura. Posteriormente, cuando avanza la desmineralización, el dentista puede obturar el defecto de mineralización con un material de relleno tras limpiar la zona careada.