Según datos de Unicef, cada año más de 20.000 niños entre 1 y 14 años de edad son víctimas mortales en accidentes de tráfico en los países ricos. Esta realidad significa que los niños no utilizan los sistemas de seguridad o lo hacen de manera incorrecta.
La mejor forma para la prevención de accidentes es la educación y, en este sentido, con buena información y concienciación, además del uso correcto de los sistemas de seguridad infantil, la cifra de niños fallecidos en accidentes de tráfico podría reducirse en un 75%.
Los padres deben ser conscientes de que ellos son los únicos responsables de la seguridad de sus hijos cuando viajan en coche y deben seguir las normas de seguridad establecidas sin excepciones y no ceder ante las presiones de los menores.
Los niños aprenden por imitación de conductas, por lo que es imprescindible que sean los padres los primeros en dar el ejemplo. Si los hijos ven que sus padres se ponen el cinturón y utilizan los sistemas de seguridad siempre, pronto se acostumbrarán y harán lo mismo sin protestar, e incluso los utilizarán por propia iniciativa en cuanto entren en el coche.
El 30% de los niños viaja incorrectamente protegido. Nunca se debe llevar a niños menores en los brazos y se debe tener en cuenta que un niño sin la sujeción adecuada, multiplica por cinco las posibilidades de sufrir lesiones mortales. El uso de sistemas de retención infantil reduciría en casi un centenar el número de niños muertos cada año en España.