Cáncer de mama - Vivir con la enfermedad
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Régimen de vida
La paciente con cáncer de mama se enfrenta a un gran reto, ya que no es fácil convivir con el cáncer, aunque puede conseguir llevar una vida relativamente normal. Para ello es necesario que establezca una rutina de vida con hábitos relajados y saludables.
La reducción de las grasas animales, de salazones y de los productos ahumados, unida al consumo diarios de frutas, verduras y fibra en la alimentación, diminuye el riesgo de desarrollar tumores, por lo que este tipo de dieta es muy conveniente para las pacientes con cáncer de mama y, por otra parte, el descanso de la paciente también es muy importante. Por todo ello es práctico tener en consideración una serie de consejos:
Es aconsejable llevar unas pautas regulares de descanso y autocuidados: acostarse y despertarse a la misma hora y tener las suficientes horas de sueño.
La enferma debe seguir una dieta lo más equilibrada posible y practicar algún ejercicio moderado.
Son aconsejables las actividades o aficiones que resulten relajantes, como ir al cine, leer, pasear, etc.
No es aconsejable intentar hacerlo todo; debe establecerse un orden de prioridades. Quizás se pueda recurrir a algún familiar o amigo para realizar las tareas domésticas, como ir a la compra.
La enfermedad trae consigo el hecho de tener que tomar decisiones importantes. Es esencial que la mujer afectada se tome su tiempo para pensar qué es lo que más le conviene, para que no se precipite al tomar las decisiones.
Cuando la angustia o el estrés amenacen con aparecer, se debe buscar ayuda especializada o poner en marcha actividades o mecanismos que consigan reducirlos.
Si la mujer ve que su familia no entiende su situación o no reacciona bien ante la enfermedad, lo mejor es buscar ayuda especializada. En la Asociación Española Contra el Cáncer ofrecen servicio de terapia gratuito tanto a las afectadas de cáncer como a sus familias.
En caso de que los cambios físicos sean muy importantes (pérdida de un pecho, caída del pelo, etc.) se debe intentar no deprimirse y buscar soluciones: aprender a maquillarse, buscar una buena peluca, saber qué sujetadores pueden disimular un pecho operado, etc.
Es importante no dejarse y cuidarse y quererse una misma más que nunca.
Las relaciones afectivas y de pareja también pueden verse afectadas durante la enfermedad de la mujer, sobre todo si hay cambios físicos importantes.
La comunicación con la pareja es esencial. Hablar de los miedos y las preocupaciones es la mejor terapia de pareja.