El cáncer de mama es el tumor maligno de la glándula mamaria y el más frecuente en la mujer, sobre todo en el mundo occidental industrializado (Norteamérica y Europa). Más de medio millón de mujeres desarrollan cáncer de mama al año, y se calcula que más de cinco millones padecerán esta enfermedad en la próxima década.
Es una enfermedad sistémica (afecta a todo el organismo) desde su inicio. Su evolución es difícil de prever, ya que en algunas ocasiones, tumores pequeños crecen con gran rapidez y producen precozmente metástasis a distancia, mientras que otros en estados más avanzados tienen un tiempo de evolución largo.
Tanto la prevención como el diagnóstico temprano de esta enfermedad son dos puntos primordiales para obtener buenos resultados en el tratamiento.
La causa del cáncer de mama es desconocida y se piensa que no es única sino múltiple. Por tanto, es importante identificar cuáles son los factores de riesgo, para modificar aquellos que lo permitan.
A continuación, se enumeran los factores característicos y más conocidos en el cáncer de mama:
- Sexo: es cien veces más frecuente en la mujer que en el varón.
- Edad: el mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama aparece tras los 50 años, pero a medida que se van cumpliendo años el riesgo va aumentando también, sobre todo a partir de los 75 años de edad.
- Factores reproductivos: una edad temprana del primer embarazo (menor de 30 años) y un número elevado de embarazos poseen un efecto protector frente al cáncer de mama.
- Factores menstruales: se ha observado que mujeres con una vida fértil larga tienen más riesgo que las que cuentan con una vida fértil corta. Esto se mide atendiendo a la fecha de la primera y última regla. Así, cuanto más tiempo se tenga la regla, los pechos estarán expuestos durante más tiempo a las acciones de las hormonas producidas por la propia mujer.
- Factores alimenticios: las dietas ricas en grasas y carnes, y pobres en verduras, aumentan el riesgo. El consumo excesivo de alcohol también incrementa el riesgo.
- Factores familiares: muchos estudios han mostrado que la historia familiar de cáncer mamario está asociada con un riesgo de dos a tres veces mayor, en comparación con las mujeres que no poseen esta historia familiar. Este hecho se ha constatado tanto en mujeres con alto como bajo riesgo de padecer cáncer de mama. Por lo general, el cáncer de mama hereditario aparece en mujeres más jóvenes (menores de 45 años) y tiene mayor tendencia a la afectación de las dos mamas. Los casos de cáncer de mama con historia familiar previa sólo suponen el 4% del total de casos de cáncer de mama.
- Factores raciales: es más frecuente en la raza blanca que en la negra. Sin embargo, las mujeres negras que viven en EE.UU. tienen más riesgo ‒cuatro veces más‒ que las que viven en África. En Japón es una enfermedad bastante rara, mientras que las japonesas emigradas a EE. UU. corren un riesgo mayor de padecerlo. Estos hechos demuestran que la raza es menos importante que los factores ambientales, la dieta y otros agentes mal conocidos o desconocidos.
- Antecedentes personales de enfermedad mamaria benigna previa: en general, el riesgo que presenta una mujer de desarrollar cáncer de mama tras habérsele diagnosticado una mastopatía benigna está aumentado en relación con la población total de mujeres. Pero para no confundir ni crear alarma, es importante que el diagnóstico no sea una presunción, si no que debe realizarse tras un estudio anatomopatológico de la muestra obtenida mediante una biopsia de mama. El grupo de mujeres que presentan signos histológicos de proliferación ductal o lobulillar o hiperplasia atípica es el que tiene un riesgo superior al de la población de mujeres no seleccionadas y equiparables en relación con la edad.