Cerca del 50% de los lactantes pueden tener reflujo gastroesofágico en los primeros meses de la vida. De hecho, es un trastorno muy frecuente en la infancia y uno de los motivos principales de consulta médica.
Según explica la pediatra María José García Mérida, "se produce por una inmadurez del aparato digestivo y una alteración en su funcionamiento que es normal en los primeros meses de la vida. Es muy común que todos los niños en sus primeros meses padezcan reflujo gastroesofágico en mayor o menor intensidad".
Es un trastorno transitorio que suele mejorar hacia los 12 o 18 meses de edad. La prematuridad, ciertos problemas neurológicos, la obesidad y algunas patologías respiratorias pueden provocar la aparición de reflujo gastroesofágico.
La lactancia materna puede ayudar a disminuir este trastorno. Por otro lado, evitar la obesidad es uno de los medios que ayudan a prevenir el reflujo en niños más mayores. En este sentido, los expertos recomiendan que la dieta de los pequeños sea baja en chocolate, grasas y picantes.
Ante la sospecha de que el bebé padece enfermedad por reflujo se debe consultar al pediatra ya que según afirma la Dra. García Mérida, "los síntomas sugestivos de reflujo gastroesofágico en niños pequeños a veces se superponen con síntomas de otras enfermedades como la alergia a proteínas de leche de vaca".