Hoy en día, a pesar de ser las grandes ciudades sitios superpoblados, el ser humano sufre más problemas de aislamiento que nunca. El materialismo imperante hace que las posesiones sean más importantes que los vínculos familiares y de amistad. Los animales de compañía pueden ser excelentes amigos y paliar, por tanto, algunos de los problemas que la sociedad actua genera en el hombre.
La historia muestra la necesidad de la relación entre el hombre y el animal en cualquier época y cultura. Actualmente las estadísticas muestran que más del 80% de los dueños de mascotas las tratan como si fueran un miembro más de su familia y más del 90% hablan con ellas.
Tener una mascota en casa puede ser algo muy beneficioso tanto para los niños como para los adultos. Además de hacer compañía, pueden estimular la afectividad y la sensibilidad, desarrollar habilidades sociales y la responsabilidad (hay que alimentarlos, sacarlos a pasear, etc.).
A las personas mayores que viven solas pueden aportar compañía, pero también las ayudan a mantenerse activas. Se considera que una mascota puede ser una de las mejores medicinas que una persona mayor puede tener para seguir siendo una persona activa y con vitalidad. Además, el sentimiento de que el animal depende de sus cuidados puede hacerles sentir útiles y necesarios (Más información).
Beneficios de los animales de compañía
- En la personas mayores: mitigan la sensación de soledad, ya que las mascotas les proporcionan compañía y afecto; mejoran la autoestima ya que se sienten útiles; favorecen el ejercicio físico (salir de casa, pasear) y pueden disminuir el riesgo de ansiedad y de depresión.
- En los centros penitenciarios: aumentan la autoestima de los internos, la responsabilidad y el liderazgo. Cuidar de los animales les hace sentirse diferentes, importantes y pueden mejorar la comunicación, y facilitar el desarrollo de los afectos.
- En personas con trastornos psíquicos: los animales de compañía permiten a los pacientes con este tipo de trastornos establecer una relación emocional y mejorar, entre otras cosas, la relación existente con su terapeuta.
- En los niños: pueden estimular el desarrollo psicomotor y del lenguaje. También pueden aprender a través de los animales sobre acontecimientos de la vida a los que se enfrentan por primera vez (nacimiento, enfermedad, muerte, etc.).