La falta de energía en las células origina que el paciente diabético se sienta cansado, sin fuerza (astenia), pero con sensación de hambre (polifagia). Al no poder utilizar la glucosa (azúcar), la energía se obtiene a partir de las grasas almacenadas, por lo que el diabético presenta una progresiva pérdida de peso y adelgaza.
Además, llega un momento en que el riñón no puede retener todo el exceso de glucosa de la sangre y ésta se escapa por la orina, diluida en agua, lo que provoca que el niño orine más de lo normal (poliuria) y tenga una mayor sensación de sed y necesidad de beber (polidipsia).
En ocasiones, la hiperglucemia mantenida y el consumo de grasas para obtener energía hace que aumenten en la sangre y la orina sus productos de degradación: los cuerpos cetónicos. Esto puede provocar un cuadro grave en el diabético, denominado cetoacidosis, que requiere rápido tratamiento hospitalario y cuyos síntomas son decaimiento, dificultad respiratoria, aliento con olor a manzanas, deshidratación, vómitos, dolor abdominal, visión borrosa, e incluso coma.
Hipoglucemia: es la complicación más frecuente en los niños diabéticos y se presenta cuando la glucosa desciende muy por debajo de lo habitual. Suele aparecer por falta de ingesta de alimentos, exceso de ejercicio físico o dosis de insulina inyectada mayor de la necesaria.
Los síntomas de sospecha son dolor de cabeza, sensación de hambre, sudoración fría, palidez cutánea, sensación de mareo, pulso rápido, visión borrosa, desorientación, decaimiento, convulsiones o coma.
El tratamiento, si el niño está consciente, consiste en administrar azúcar inmediatamente (zumo de frutas, refrescos, etc.) junto a alguna comida adicional (galletas, sándwich, etc.). Si el niño está inconsciente o convulsiona, no conviene administrar nada por la boca, hay que avisar inmediatamente y trasladarlo a un centro sanitario. En cualquier caso, siga siempre las instrucciones de su pediatra o endocrinólogo pediátrico.
Hiperglucemia: el aumento de la glucosa en la sangre puede producirse de forma rápida en los niños por exceso en la ingesta de comida, falta de actividad física, menor dosis de insulina de la necesaria o por enfermedad o infección del pequeño. Sus síntomas principales son el incremento de la sensación de sed y la necesidad de orinar, debilidad y cansancio, visión borrosa, etc. Si no se corrige a tiempo, puede dar lugar a un cuadro de cetoacidosis diabética. Por lo que, si su hijo presenta estos síntomas, póngase en contacto con su pediatra.
La diabetes gestacional es la diabetes que se encuentra por primera vez cuando una mujer está embarazada. En EE. UU., de cada 100 mujeres embarazadas, entre tres y ocho tienen diabetes gestacional. En este tipo de diabetes, también se elevan los niveles de glucemia y unos niveles elevados son perjudiciales, tanto para la mujer embarazada como para el niño.