En la osteoporosis los huesos se debilitan y tienen más probabilidades de fracturarse. Las fracturas más frecuentes en esta enfermedad se producen en huesos de las muñecas, en los de la columna y en la cadera.
Para mantener una buena salud ósea toda la vida es necesario alcanzar un buen pico de dicha masa ósea antes de los 30 años e intentar conservarla en mayor o menos medida a lo largo de toda la vida.
En la osteoporosis los huesos se debilitan y tienen más probabilidades de fracturarse. Las fracturas más frecuentes en esta enfermedad se producen en huesos de las muñecas, en los de la columna y en la cadera.
En la osteoporosis los huesos se debilitan y tienen más probabilidades de fracturarse. Las fracturas más frecuentes en esta enfermedad se producen en huesos de las muñecas, en los de la columna y en la cadera.
El hueso es un tejido vivo que se renueva constantemente. Se reabsorbe el hueso viejo y se forma hueso nuevo con la ayuda del calcio y la vitamina D. El calcio procede de la dieta y la vitamina D se forma a partir de una provitamina que se encuentra en la piel y que se transforma por la acción de los rayos solares. Por ello, es tan importante una alimentación rica en este mineral y tomar el sol adecuadamente para formar la vitamina.
La osteoporosis aparece cuando este mecanismo de renovación falla y el organismo no es capaz de producir suficiente hueso nuevo o cuando se reabsorbe mayor cantidad de hueso de la que puede producir el cuerpo. El ejercicio físico es indispensable para la calcificación de los huesos. El ejercicio contra la gravedad ejerce una acción positiva en el hueso y produce la formación de masa ósea. Se ha comprobado que los astronautas sufren una elevada pérdida de masa ósea al someterse a un ambiente sin gravedad. Por otra parte, la falta de calcio en la alimentación y de vitamina D provocaría fragilidad en los huesos y estos se tornarían más propensos a las fracturas.
Un buen pico de masa ósea se consigue con una correcta alimentación rica en calcio, sobre todo durante la infancia y la adolescencia, un correcto aporte de vitamina D mediante una exposición a la luz solar continuada y mediante la práctica de ejercicio físico contra la gravedad, como correr, jugar al baloncesto o al fútbol, o simplemente andar. Andar media hora es el ejercicio mínimo diario requerido para mantener los huesos sanos.
La vitamina D puede ser deficitaria en muchas personas que salen poco a la calle o que van muy abrigadas en invierno. Pasear al sol y descubrirse los brazos es una excelente medida para garantizar el aporte adecuado de vitamina D incluso en invierno.
Las mujeres deben vigilar su masa ósea especialmente después del climaterio, ya que durante este periodo de la vida sufren un descenso acusado de la calidad de sus huesos por la falta de estrógenos característica de la menopausia.
La importancia de la alimentación
Es necesario consumir cinco raciones de lácteos al día para garantizar el aporte necesario de calcio. La leche, el yogur y el queso son productos con calcio muy idóneos para una dieta sana. En algunos casos será necesario recurrir a productos enriquecidos con calcio o al tratamiento farmacológico para conseguir la dosis de calcio diaria recomendada.
Algunos hábitos muy frecuentes, como el tabaquismo o el exceso de ingestión de bebidas alcohólicas, pueden ser muy perjudiciales para la salud de los huesos.