Uno de los efectos negativos de la menopausia sobre el cuerpo de la mujer es la progresiva descalcificación de los huesos y la aparición de la llamada osteoporosis. El organismo femenino reduce la producción de estrógenos y esta alteración metabólica produce la pérdida de hueso más rápidamente de lo que se puede reponer. De hecho, durante los cinco primeros años después de la menopausia, algunas mujeres pueden perder hasta el 25% de su densidad ósea.
La osteoporosis consiste en la reducción cuantitativa del tejido óseo acompañada de una alteración en su microarquitectura, que puede no ser detectada hasta que se produce la fractura o se descubre una vértebra gravemente dañada.
Según la Fundación de la Asociación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas óseas (FAHOEMO), la dieta juega un importante papel en la prevención de la osteoporosis. Esta asociación considera que el aporte suplementario de calcio es la primera medida preventiva en lo que se refiere a la dieta. La ingesta diaria de calcio recomendada en individuos susceptibles de padecer osteoporosis o en aquellos que ya la sufren es de 1.500 mg/día.