La osteoporosis es una enfermedad silente; es decir, que no produce síntomas. La principal manifestación es la fractura ósea. Es pues, la presencia de ésta o de los factores de riesgo que se asocian a ella, lo que debe hacer sospechar su presencia al médico. Es necesario tener en cuenta que muchas fracturas relacionadas con la osteoporosis se manifiestan con dolores crónicos de espalda, cambios en la talla y cifosis (o postura jorobada).
Radiología
Ante este cuadro, el especialista puede solicitar una radiografía a nivel de la columna, aunque la prueba definitiva para comprobar el contenido de mineral óseo de los huesos es, sin duda, la densitometría. A pesar de usar una fuente de rayos X, la radiación es mínima (aproximadamente una décima parte de la dosis estándar para una radiografía de tórax), pudiendo hacer mediciones en distintas regiones del esqueleto. No está indicada la solicitud de una densitometría si el paciente no está dispuesto a aceptar un tratamiento farmacológico según los resultados de la densidad mineral ósea, cuando es incapaz de seguir los controles necesarios si se indica tratamiento farmacológico o en aquellas mujeres con deterioro físico o mental importante.