Diabetes y Los niños junto con los adolescentes también pueden sufrir diabetes tipo 2 o del adulto
La diabetes de tipo 1 es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia y con la elevación de índice de obesidad infantil, asociado a una vida sedentaria y a los malos hábitos alimentarios, es una enfermedad cada día más frecuente entre los niños.
La diabetes se produce por una alteración en la producción de la hormona insulina por parte del páncreas o por una resistencia de las células del organismo a la acción de la insulina. La diabetes de tipo 2 se debe a resistencia a la insulina.
La diabetes se produce por la falta de metabolización de los azúcares de la dieta en el organismo, de modo que aumenta su concentración en sangre. Los azúcares son la fuente de energía de las células necesaria para su funcionamiento vital. La sangre con niveles elevados de glucosa puede dañar los órganos del cuerpo y aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca, ictus, daños neurológicos y ceguera.
La mayoría de los casos de diabetes infantil (90 %) se deben a la diabetes de tipo 1 por falta de producción de insulina en el páncreas. Es un tipo de diabetes que se manifiesta de repente y que debuta con frecuencia en el periodo de edad entre los 5 y 7 años y durante la pubertad. Estos niños necesitan insulina inyectada de manera diaria para poder vivir. También es necesario que modifiquen su dieta y que retiren el exceso de hidratos de carbono de la misma (patatas, azúcar, pasta, arroz, galletas, pan), ya que este exceso va aumentar la glucemia o cantidad de glucosa en sangre y, por ello, necesitarían de una mayor cantidad de insulina para poder metabolizar estos hidratos de carbono.
También diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 es una forma de diabetes típica de los adultos y afecta a individuos mayores de 40 años. Sin embargo esta enfermedad está aumentando de manera alarmante entre los adolescentes y los preadolescentes con obesidad. La diabetes tipo 2 es no insulinodependiente, por lo que no falta insulina o incluso esta, en un principio, puede estar elevada. Son las células del cuerpo las que son resistentes a la acción de esta hormona, no permitiendo la entrada de la glucosa en la célula. Este tipo de diabetes tiene un tratamiento diferente del de la diabetes tipo 1. La obesidad infantil y el sedentarismo deberían ser el objetivo del tratamiento.
La diabetes tipo 2 tiene una relación clara con la herencia y en casi todos los casos se puede identificar un padre o un abuelo del enfermo que también sufre diabetes tipo 2. En los gemelos idénticos, cuando un hermano la padece, el otro tiene un 80 % de probabilidades de sufrirla.
La segunda relación clara de la enfermedad se produce con los hábitos de vida. Se relaciona directamente con la obesidad y la falta de ejercicio en el 80 % de los casos. Para evitar estos factores de riesgo ambientales es necesario luchar contra la obesidad infantil, promover una alimentación basada en frutas y verduras y pobre en hidratos de carbono simples como el azúcar común y fomentar el ejercicio entre los menores, limitando las horas de sedentarismo frente a la pantalla.