Para la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) las personas mayores deben tener en cuenta varias recomendaciones para protegerse del frío.
- En invierno se debe realizar una dieta que favorezca la producción de energía calórica, aumentando la ingesta de carbohidratos (arroz, pasta, legumbres), sin olvidar los alimentos con elevado contenido proteico (carnes y pescado azul). No hay que olvidarse de una adecuada ingesta de líquidos (agua, infusiones, zumos). ¡Y se debe evitar la ingesta de alcohol!
- La temperatura en el domicilio no debe ser nunca inferior a 21 ºC. El método de calefacción no debe tener riesgo de quemaduras ni de producir monóxido de carbono. Por tanto, las personas mayores deben evitar siempre los braseros y las estufas que usan butano. La calefacción eléctrica o los radiadores es lo más aconsejable.
- La ropa para el invierno ha de ser cómoda para el mayor. Es mejor ponerse varias capas de ropa que sólo una o dos. Es muy importante proteger zonas del cuerpo por donde se pierde gran cantidad de calor (la cabeza se puede perder hasta el 25% del calor corporal) o que de forma habitual están poco perfundidas, como pies y manos. Cuando se salga a la calle hay que llevar gorro, que preferiblemente tape las orejas, y guantes. El calzado no ha de ser estrecho.
- La personas mayores deben mantener la actividad física en invierno, no sólo porque favorece el bienestar en general, sino porque de esta forma se genera calor. Sin embargo, se debe ser prudente y los días de lluvia, nieve y viento en los que existe riesgo elevado de caídas es más conveniente realizar la actividad física en casa. Si se sale en coche no debe olvidarse de poner la calefacción.