Si usted presenta lo que se conoce como amenaza de aborto, todavía no ha abortado y existe la posibilidad de que el embarazo continúe. En caso de una amenaza de aborto, tal vez presente una pequeña cantidad de sangre desde la vagina, al principio de su embarazo. Esta pérdida de sangre con frecuencia es indolora, pero puede asociarse con cólicos. El cuello del útero permanece cerrado. Su médico puede indicarle que guarde cama por 1 a 2 días. El descanso en cama tal vez detenga la sangre y su embarazo pueda continuar normalmente. Tal vez sea necesario tomar precauciones especiales por varias semanas, tales como dejar de hacer ejercicios, sentarse o acostarse tanto como sea posible y evitar las relaciones sexuales.
Si la hemorragia es causada por un cuello del útero incompetente, éste puede coserse hasta el momento del parto (cerclaje). Si su matriz o cuello del útero son anormales, su médico puede recomendar que guarde cama por un período prolongado y recetarle medicamentos para relajar el útero.
El aborto espontáneo se vuelve inevitable si el sangrado y los cólicos continúan y el cuello del útero comienza a abrirse. Un aborto espontáneo inevitable significa que el feto ha muerto y que no se puede hacer nada para evitar su expulsión. El útero expulsa su contenido completamente. Esto se llama un aborto espontáneo completo.
El aborto espontáneo es incompleto si solamente se expulsa parte del contenido del útero. En tal caso puede ser necesario proceder a dilatación y curetaje (D y C, en inglés) o a un procedimiento de succión para retirar el resto del feto y la placenta del interior de la matriz. En estos procedimientos, el cuello del útero se estira para abrirlo y el tejido se raspa suavemente o se extrae por succión desde el fondo del útero.
Si usted ha sufrido un aborto frustrado (el feto ha muerto pero no ha presentado sangrado), su médico puede ordenar una D y C o inducir el trabajo de parto para extraer el feto y la placenta.