Si una persona padece diabetes, seguramente le preocupará que sus hijos también puedan padecerla. A diferencia de otros rasgos, la diabetes no parece heredarse mediante un patrón sencillo pero, claramente, hay personas que nacen con una predisposición mayor que otros de padecer la enfermedad.
Se debe heredar una predisposición a la enfermedad y algo en el entorno debe desencadenar la diabetes. Los genes solos no son suficientes. Una prueba de ello es que en los gemelos idénticos, si uno de ellos padece diabetes tipo 1, el otro tiene un 50% de riesgo de padecerla; si uno de ellos padece diabetes tipo 2, el otro tiene un riesgo del 25% de padecerla.
En la mayor parte de casos de diabetes tipo 1, el paciente debe heredar factores de riesgo de ambos padres. Se cree que estos factores de riesgo deben ser más comunes en la raza blanca, ya que los caucásicos tienen la tasa más elevada de diabetes tipo 1. Puesto que la mayoría de personas, que están en riesgo de padecer diabetes, no la padecen, los investigadores estudian qué factores del medio ambiente la desencadenan en unas personas y en otras no.
Uno de los desencadenantes parece estar relacionado con el tiempo frío. La diabetes tipo 1 aparece más en invierno que en verano y es más común en lugares con climas fríos. Otro desencadenante parecen ser los virus. Quizá un virus que tiene sólo efectos leves en la mayoría de personas, desencadena una diabetes tipo 1 en otras.
La dieta en los primeros meses de vida también parece desempeñar un papel. La diabetes tipo 1 es menos frecuente en personas que han sido amamantadas con leche materna y en los que los alimentos sólidos han sido introducidos a una edad mayor.
En muchas personas, el desarrollo de diabetes tipo 1 parece tardar varios años en aparecer. Estudios que han seguido a familiares de personas con diabetes tipo 1 han mostrado que la mayoría de estos, que posteriormente padecieron diabetes, tenían ciertos autoanticuerpos en su sangre varios años antes. Los autoanticuerpos son proteínas del sistema inmunitario de defensa que en lugar de destruir bacterias y virus, atacan por error a tejidos del propio organismo.
La diabetes tipo 2 tiene una base genética más potente que la diabetes tipo 1, pero también depende más de los factores ambientales. La historia familiar de diabetes tipo 2 es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar la enfermedad, pero sólo entre los que viven en los países occidentales desarrollados. La obesidad es un potente factor de riesgo para la diabetes tipo 2. La obesidad es de mayor riesgo para la gente más joven y para los que son obesos desde hace años.
Las mujeres que han desarrollado diabetes durante su embarazo, tienen más probabilidades de tener una historia familiar de diabetes, especialmente en su rama materna. Las madres de más edad y las obesas tienen mayor probabilidad de padecer diabetes gestacional.