Aunque los expertos consideran que se pueden reanudar las relaciones sexuales seis semanas después del parto, la realidad es que la mayoría de las madres ven cómo su deseo sexual se reduce e incluso es inexistente. La depresión postparto, la incomodidad física o el cansancio pueden ser los causantes de esta situación.
Pero también existen causas estrictamente biológicas que explican esta pérdida de líbido. Durante este periodo se produce un descenso de la testosterona así como un aumento de la prolactina, siendo ambas hormonas inhibidoras del apetito sexual.
Antes de reanudar las relaciones sexuales, la pareja debe esperar a que la episiotomía esté completamente cicatrizada y la pelvis haya recuperado su estado anterior al embarazo, por lo que es preferible esperar a la revisión puerperal con el ginecólogo.
Además es importante que la mujer se encuentre bien física y emocionalmente y que las relaciones se inicien de forma suave, progresiva y sin prisas. Hay que tener en cuenta también que puede producirse sequedad vaginal, por lo que es recomendable el uso de un lubricante.
Al prinicipio, algunas mujeres sienten dolor durante el coito, lo que puede deberse a causas físicas (algún problema con la episiotomía) o psicológicas (miedo al dolor, a un nuevo embarazo,...). En estos casos debe consultarse con el médico.