Por fin ha llegado el momento. El feto ya está maduro y preparado para venir al mundo. Igualmente, el cuerpo de la mujer ha experimentado las modificaciones necesarias para facilitar la expulsión del niño. El parto, como el embarazo, es un proceso natural que no ha de causar temor.
Previamente, el médico ha podido calcular la fecha del parto mediante una fórmula sencilla: fecha del primer día de la última regla + 10 días - 3 meses. Como ejemplo, si el primer día de la última regla fue el 15 de mayo, entonces 15 + 10 días= 25 de mayo - 3 meses= 25 febrero. Ésta será la fecha prevista para el parto.
A lo largo de las tres o cuatro últimas semanas anteriores al parto, la embarazada presentará contracciones irregulares e indoloras que, normalmente, desaparecen de forma espontánea o con el reposo. Son las contracciones de Braxton Hicks o de falso parto, que ahora se notan con más intensidad. El parto será inminente cuando las contracciones sean dolorosas (no se calman cambiando de postura ni descansando) y regulares y se hagan progresivamente más frecuentes, serán contracciones de parto. Pero no hay que tener prisa. El parto es proceso que suele durar varias horas, aunque puede variar mucho de una mujer a otra. En estas horas previas a la expulsión es conveniente que la embarazada se mantenga entretenida y relajada con actividades agradables: pasear, leer, escuchar música, realizar alguna actividad manual que no requiera esfuerzo físico y, si aún no ha roto aguas, se puede tomar una ducha de agua tibia.