La dermopigmentación es la implantación de pigmentos inocuos en las capas superficiales de la piel con fines estéticos y para definir los rasgos. Asimismo es un tratamiento que complementa la cirugía reparadora.
Esta técnica permite corregir imperfecciones y deficiencias de pigmentación en zonas del cuerpo, como las cicatrices, o sustituye el aspecto del pelo en las zonas alopécicas de las cejas.
La dermopigmentación consiste en una microimplantación de pigmentos en la piel. Para depositar los pigmentos bajo la piel se utilizan microagujas y una técnica indolora. Los pigmentos deben ser antialérgicos y tardan 30 días en consolidarse y en alcanzar el color definitivo.
Esta técnica permite corregir imperfecciones como cicatrices despigmentadas que aparecen muy blancas respecto a la piel circundante o imitar pelos en las cejas despobladas. Puede constituir un maquillaje permanente delineando ojos y labios. Pero también se utiliza en cirugía reparadora, como complemento para recuperar las zonas naturalmente pigmentadas que han sido extirpadas, como es el caso de las areolas mamarias tras una cirugía por cáncer de mama.
El pigmento depositado en la piel, durante la dermopigmentación, se reabsorbe con el tiempo, siendo necesario repetir la aplicación. Suele durar entre cuatro o cinco años, aunque este periodo es variable y depende de la edad de la persona, de la calidad de la piel y de si esta es seca o grasa.