La liposucción consiste en extraer tejido graso subcutáneo de zonas concretas del cuerpo mediante la succión con una cánula que se inserta tras una pequeña incisión. Es un tratamiento considerado quirúrgico y se debe realizar por manos expertas y en condiciones de ingreso hospitalario.
La liposucción no es un tratamiento de la obesidad generalizada sino una técnica quirúrgica para reducir la grasa focalizada y obtener beneficios estéticos en personas que se sienten incómodas son su aspecto físico o presentan complejos por el mismo.
La liposucción es una técnica quirúrgica que elimina los acúmulos localizados de grasa de la silueta que no es posible eliminar mediante una dieta adecuada de adelgazamiento. Incluso las personas con un peso adecuado pueden tener depósitos de grasa antiestéticos que empeoran su aspecto. La liposucción no es un tratamiento para corregir la obesidad generalizada y suele acompañarse de otras medidas para corregir los defectos de la piel de la zona afectada por el exceso de grasa.
La liposucción se debe realizar en un medio hospitalario en quirófano y con todas las medidas de asepsia de rigor en las intervenciones quirúrgicas. Que cada vez más personas demanden este tratamiento ha provocado que proliferen diferentes profesionales sin escrúpulos e incluso intrusismo por parte de profesionales no cirujanos que realizan el tratamiento de liposucción en condiciones peligrosas y sin garantía para los pacientes. Es importante saber que se trata de un tratamiento quirúrgico que, en manos inexpertas, puede entrañar riesgos que pueden ser muy graves para la salud.
Cómo se hace una liposucción
El procedimiento de liposucción se lleva a cabo bajo anestesia, que puede ser local más sedación, epidural o general. El cirujano realiza pequeñas incisiones en la piel por donde se introducen unas cánulas muy finas. Se inyecta suero con diferentes medicamentos para disolver la grasa y se conectan las cánulas a una bomba de succión que la extraerá de forma controlada. El cirujano debe supervisar todo el proceso de la liposucción y, tras finalizar, extraerá las cánulas y procederá a cerrar las incisiones.
El paciente debe colocarse una faja antes de salir del quirófano, lo que ayudará a remodelar los nuevos contornos del cuerpo. La faja se debe llevar alrededor de cuatro semanas para obtener unos resultados óptimos. Las heridas van a supurar durante unos días y esto es bueno para reducir la inflamación; se deben limpiar con cuidado para evitar infecciones.
Tan pronto como salga del quirófano y su estado de salud lo permita, el paciente debe caminar tanto como pueda. Cuanto antes se incorpore a una actividad física intensa más rápida será la recuperación de la liposucción y menor la inflamación de la zona operada.