En la Universidad de North Carolina (Estados Unidos) se ha llevado a cabo una investigación en la que se determinó que tanto la exposición al estrógeno sintético dietilstilbestrol (DES) durante la gestación como ciertas características de la madre no influyen de manera significativa sobre el climaterio y la menopausia de la mujer.
Los ovarios poseen la cantidad máxima de óvulos mientras la mujer está en el útero materno: unos cinco millones a la semana 24 de gestación. Al nacer, la mujer tiene apenas dos millones y este número comienza a disminuir desde la primera regla hasta la menopausia, cuando los últimos 1.000 óvulos empiezan a desaparecer y desaparece la menstruación y la fertilidad.
Los investigadores del estudio en el que se analizó a 20.000 mujeres y que ha sido publicado en la revista American Journal of Epidemiology, se preguntaron si el tiempo transcurrido en el útero materno podría influir de algún modo en la mujer, en concreto si las características maternas , el ambiente uterino o el parto en sí podrían condicionar la cantidad de óvulos con que nace una mujer y si, como consecuencia, cambiar el momento en que sobreviene la menopausia.
Según el Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos, el inicio de la menopausia (el último periodo) suele producirse a los 51 años, aunque algunas a mujeres les llega después de los 40 y a otras después de los 50. La mitad de las mujeres incluídas en el estudio llegaron a la menopausia antes de los 52 años y parece que ciertas características y exposiciones uterinas adelantaron o retrasaron ese proceso.
Tras considerar factores como la etnia, la educación, los ingresos familiares y el tabaquismo, los investigadores concluyeron que el efecto más importante sobre el momento de la llegada de la menopausia lo tuvo la exposición al DES, pues esta hormona parece haber adelantado alrededor de un año la pérdida total de óvulos. Décadas atrás, se prescribía el DES a las embarazadas porque se creía que reducía el riesgo de aborto y las náuseas.
El bajo peso al nacer y la diabetes gestacional parece que no se asocian a un adelanto de la menopausia inferior al año. Cuando una mujer de 35 años daba a luz a una niña, se registraba un leve retraso, pero no así a consecuencia del orden del nacimiento, la exposición al humo de tabaco o la lactancia.
Los investigadores indican que podrían existir otros factores que puedan explicar en parte esas diferencias. Una madre mayor, por ejemplo, simplemente le pasaría a su hija su capacidad de concebir tardíamente, lo que de por sí ya es un signo de aparición tardía de la menopausia. No se trata de la influencia de uno u otro factor, sino de la rapidez con que las mujeres llegan al final de su vida reproductiva.