Recomendaciones de la American Heart Association
Las recomendaciones de la AHA (American Heart Association) del año 2001 sobre la terapia hormonal en la menopausia son el reflejo de los resultados obtenidos en los diversos y recientes ensayos clínicos publicados.
- No se recomienda el inicio de la hormonoterapia para la prevención secundaria de la enfermedad coronaria. En aquellos casos, en los que una paciente con enfermedad cardiovascular haya recibido el tratamiento durante un periodo prolongado de tiempo, la decisión de interrumpir o continuar la terapia debe basarse en los beneficios no coronarios establecidos y en los riesgos y preferencias de las pacientes.
- Si una paciente, que habitualmente recibe terapia hormonal, es hospitalizada por una patología coronaria aguda u otro tipo de patología médica o quirúrgica que requiera inmovilización, debe valorarse la interrupción del tratamiento o la profilaxis del tromboembolismo venoso.
- En cuanto al uso de hormonoterapia, en la prevención primaria de la enfermedad coronaria, la AHA está a la espera de los resultados de los ensayos clínicos que actualmente están en marcha, ya que los datos existentes son todavía insuficientes y el inicio o la continuación de esa terapia en las mujeres sanas se basará en los beneficios y en los riesgos no coronarios y en las preferencias individuales de las pacientes.
Recomendaciones de la North American Menopause Society
- El tratamiento de la sintomatología menopáusica (urogenitales, vasomotores, etc.) sigue siendo la principal indicación para la terapia con estrógenos y progestágenos y la terapia con estrógenos solos.
- No se deberá usar ninguna terapia con estrógenos y progestágenos para la prevención primaria ni secundaria de la cardiopatía isquémica. El efecto de las terapias con estrógenos sobre la cardiopatía isquémica no está todavía claro y, por lo tanto, mientras no existan datos concluyentes, no se deberán utilizar para la prevención primaria ni secundaria de la cardiopatía isquémica.
- La única indicación, relacionada con la menopausia para el uso crónico de progestágenos, parece ser la protección endometrial contra la terapia con estrógenos exclusivamente. No se deberán prescribir progestágenos a las mujeres histerectomizadas. Para las que tienen el útero intacto y que utilicen una terapia con estrógenos, se recomienda precribir los progestágenos adecuados.
- Se deben valorar los riesgos y los beneficios de la terapia con estrógenos y progestágenos y la terapia con estrógenos solos, considerando también otras alternativas, para la prevención de la osteoporosis posmenopáusica.
- El uso de la terapia con estrógenos y progestágenos y la terapia con estrógenos solos deberá limitarse a la duración más breve en relación con los objetivos del tratamiento, así como con los beneficios y riesgos que suponga para cada mujer en particular.
- Los datos de los programas WHI y HERS no se pueden extrapolar directamente a las mujeres perimenopáusicas sintomáticas ni a las mujeres con menopausia precoz (es decir, entre los 40 y los 50 años) o precoces (con menos de 40 años).
- Tras el estudio HOPE se ha demostrado que se puede conseguir un alivio de los síntomas y conservar la densidad de la masa ósea de un modo similar, sin incremento de la hiperplasia endometrial con menores dosis de terapia con estrógenos y progestágenos.
- Las dosis alternativas de administración de la terapia con estrógenos y progestágenos puede ofrecer algunas ventajas, pero a largo plazo no se ha demostrado su relación riesgo-beneficio.
- Es fundamental elaborar un perfil de riesgo individualizado para cada mujer, que se vaya a someter a un tratamiento con estrógenos y progestágenos o con estrógenos solos.